EL PANK DE MIS HIJOS

"Cuando hay en la tierra tantos hombres que sufren
ser feliz da vergüenza.
Pero yo lo soy, casi sin querer..."
Gabriel Celaya

Cuanto más tiempo paso entre ustedes, menos os entiendo.
Los dioses siguen siendo dioses, los sabios siguen dictando problemas sin soluciones,
la misma piedra en distintas manos a través de los tiempos,
el camino recto,
que no se pierda.

Pero no se trata de eso, o al menos no es lo que yo trato.
Entenderos es trabajo para mentes más capaces...
yo bastante tengo con lo mío.
Prefiero inventaros, reescribiros, reescribirme...
Inventarnos, reescribirnos... Para que os veáis,
para verme...
Para hacerme entender no hallé mejor manera que la que tengo.

...Desengañarse a veces es llenarse de sabiduría, o casi siempre...
Venir al mundo con la tarea de ser felices en un mundo infeliz,
y saberlo,
y saber que lo sabemos,
saber que es sufrimiento de otros, es otro sufrimiento...
y dejarlo caer en el protocolo de la lucha diaria nuestra (que poco nuestra es).
Y seguir avanzando enderezando el renglón...
Desengañarse es llenarse de sabiduría,
y yo creo en los sabios con ojeras y tintas enteras,
los que no viven como recordando el futuro,
los que quieren crecer hacia abajo,
los que hacen cosas grandes...
lo siento, creo en el tiempo como norma.
Y cuanto más tiempo paso entre ustedes, menos os entiendo,
aferrados a una vida que se va de todas todas, engañados y desengañados...
Todos, tan sabios...

...no es una opinión. Acabarán callando
los que escogen palabras grandes para decirlas sentados sobre ellas...

...y vivir como con la seguridad de un mañana que nos soluciona las cuentas,
y no,
sólo las redondea hasta que solitos rodamos hacia la nada de nuevo...
La nada, desde donde venimos a un mundo
que es de quien lo construyó con sus manos, cada hombre que estuvo e hizo, que vivió y dejó,
que no mandó a nadie a hacer nada,
casi siempre explotado y empobrecido, sin reconocimientos ni retratos eternos.
Un mundo bello en cualquier caso, cuya belleza jamás superará la tristeza y podredumbre que sustenta a cada ser.
Cada ser, cuya voluntad preciosa de afanarse a lo bello siempre superará las miserias de su historia.
Eso es estar vivo...

...y las canciones, que son suspiros,
que son suspiros del tiempo hacia los años venideros,
que están vivas porque algunos de ustedes estáis vivos y las recordáis...
que son recuerdos, recuerdos para todos, para que no se nos olvide que estuvimos...
son recuerdos y son suspiros...

... las canciones,
que son todas canciones protesta, porque en todas hay un grito,
un arranque de soledad,
una insatisfacción que las sustenta.
Hay algo que poner en orden o todo lo contrario...
Hay algo que contar que nunca se cuenta y se acaba sabiendo,
un irse por las ramas para coger perspectiva.
Las canciones, que son poemas de cuerpo entero...

...Y el alma, y el lenguaje, y las palabras, y las imágenes. Las canciones.
No como un salir afuera, sino como un entrar al centro de uno para perderse,
un inventar para conocer y conocerse.
Canciones como tambores, al fin y al cabo...
Y encontrarse uno en ellas, y perderse uno de ellas y odiarlas,
y volver a amarlas una vez olvidadas.
Y el lenguaje de por medio, como una frontera bella entre lo de dentro y lo de fuera.
Como una aduana liberada y permisiva por la que saca el aire lo que quiere mientras el alma en la garita fuma.
No hablaré de fumar. Prefiero hablar del alma.
De mi alma fumadora.
Y mis canciones, incurables en cualquier caso.

EL PANK es el resultado del espacio, el tiempo y el amor recorridos en estos años.
Años que me he permitido, que me he arrancado de mi propio tiempo...
una cerradura hueca tras la que mirar la escena del mundo.
Ése al que pertenezco y perteneces, tan irremediable como felizmente.
El mundo, que no se deja llegar y parece que no quiere que lo muevan... parece que no quiere.
Y el amor que lo mueve,
y el dolor.
El dolor que nos mata y nos hace sentir la vida,
tan pequeños en él y tan hinchados de un papel aprendido en nosotros mismos
y poco nuestro es.
Y el amor, repito,
que lo mueve.


DANI FERNÁN